Ing. José Quintana

Con respecto a la coyuntura, estamos viendo que lo peor ya pasó. Hay por delante un año con buenos precios –estamos pasando el pico de producción con valores sostenidos- y todo indica que en otoño se van a afirmar un poco más. El interrogante puede ser la primavera del año que viene, que depende de cómo esté el mercado internacional, pero hay síntomas de que este mercado se va a entonar mucho. Somos muy optimistas con respecto al futuro, pero con total conciencia de que todo lo que pasó este año deja en los productores una secuela financiera que es lo más urgente para atender en los próximos meses. Hay que ocuparse de esa deuda que fue quedando, de tal modo que no asfixie a los productores para que puedan aprovechar el buen momento que viene. 

 

 

Yo creo que en la medida que el mercado internacional se active y haya libertad para exportar -de tal modo que no haya tanta presión sobre el mercado interno- va a haber más puja de oferta y demanda en todos los eslabones de la cadena, lo que va a llevar a que haya un mejor equilibrio. Pensemos que venimos de muchos años en los que el volumen de exportación estaba regulado, y de ahí pasamos a un año en que prácticamente no era negocio exportar. En un escenario con buenos precios de exportación el mercado interno se descomprime, el tambero negocia mejor con la industria y la industria negocia mejor con la cadena de comercialización. En definitiva se da una situación más equitativa en el reparto.

 

 

Lo primero que hay que mirar son las productividades, más allá de las escalas. Puede pasar que a un productor chico con buena productividad y buen resultado económico no le alcance para vivir, pero si su resultado económico es bueno y está por encima de un arrendamiento, por ejemplo, puede crecer, aumentar en escala y cambiar la situación. Pero en la medida que no logre buenos resultados porque su productividad no lo permite, no tiene forma de crecer. Creo que tenemos que trabajar mucho en aumentar la productividad. Por supuesto que el precio influye pero con U$S 0,28-0,29 incluso en países desarrollados no se le puede pedir mucho más. Se puede dar un salto en escala en la medida que se tiene una actividad rentable. 

 

 

Hay dos bases muy importantes a atender. Una es el financiamiento, que es uno de los aspectos más importantes donde hemos puesto el foco. Estamos trabajando en una variedad de líneas, tanto en sector público como en articulación con el sector privado. La otra base es la capacitación, donde tenemos una política muy fuerte en el desarrollo de grupos de Cambio Rural para facilitar que los tamberos vayan mejorando en su eficiencia y puedan dar el salto en escala que necesitan. Hay un diálogo permanente con los gobiernos provinciales y con el Consejo Federal de Lechería que funciona perfectamente.