Soy Ana María Galibert, me encuentro en Pieve de Cadore, invitada por la organización del MIG. Se trata de un pequeño poblado ubicado en medio de las montañas dolomitas, a unos 20 km de la ciudad de Longarone en donde se desarrollará la Mostra Internazionale del Gelato. Es un maravilloso rincón del Norte de Italia. Pieve está a la vera de la ruta. Tiene su iglesia antigua, su palacio municipal, su museo arqueológico, su plaza...
Sin embargo, su nombre adquirió más relevancia al trascender que fue el lugar de nacimiento del famoso pintor Tiziano. Dicen que en el siglo XVIII un obispo poco afecto al arte quiso ampliar las naves de la iglesia y junto con
los muros demolió los frescos de pintor. Sólo queda uno, una bella Madona dando de mamar a su Niño.
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La organización de la MIG tuvo la gentileza de hospedarme en un cálido hotel familiar, Al Pelmo, ubicado en este encantador pueblo. Sus dueños, ya ancianos, reciben con cordialidad a los viajeros pero es su hijo Gildo, un hombre corpulento y bonachón, quien abre el diálogo con todos. Es un gran comunicador. Fue él quien me sugirió conocer la casa natal de Tiziano y quien me explicó que fue en Pieve de Cadore donde se fabricaron los anteojos con estilos tan sofisticados que dieron renombre a ese producto en Italia y el mundo. De hecho, también puede visitarse el Museo de los Anteojos.
Caminé por las calles solitarias respirando el aire fresco de las montañas, escuché las campanadas de la torre de la iglesia marcando las horas, olí el aroma de la madera que ardía en las estufas domésticas y que se esparcía desde las chimeneas por toda la atmósfera, probé las delicias de la tierra -como la polenta con caprioli acompañada de un buen vino tinto de la región- y me dispuse a vivir por segunda vez la experiencia de retratar la MIG o “la Feria de Longarone” como también se la conoce. La ciudad sede no cuenta con la capacidad de hospedaje suficiente para recibir a tantos visitantes que llegan de todas partes, esa es la razón por la cual todos los poblados cercanos ofrecen sus servicios. En las cenas éramos muchos los huéspedes que ocupábamos todos los cuartos del hotel para asistir a la MIG que inauguró el 29 de noviembre. Los platos caseros fueron un regocijo para el paladar, se fueron sucediendo ordenadamente: la sopa, la pasta, la carne con ensalada, el dulce, las bebidas digestivas.
Al día siguiente, un cordial expositor de la feria hospedado en el mismo hotel me trasladó hasta la ciudad ferial. En el trayecto pudimos apreciar los montes nevados, la floresta, los cursos de agua, los valles salpicados de pequeños caseríos. Estas son algunas de las razones por las que la UNESCO ha declarado a los Montes Dolomitas patrimonio natural de la humanidad en el 2009.
La MIG se inaugura siempre en domingo para permitir que puedan asistir los heladeros con sus familias y así disfrutar de este encuentro que es emblemático en la región. Se trata de la feria más antigua del helado a nivel mundial y tiene como sello su anclaje en el helado artesanal de tradición italiana. Fue de esta región de Italia que partieron los heladeros italianos que hicieron de su profesión una marca registrada en el mundo.
La feria abrió sus puertas a las 10:00 AM e inmediatamente se pobló de visitantes. Abrazos afectuosos entre amigos que se reencuentran eran frecuentes en los pasillos. Amistad y negocios, así definió a la MIG un expositor con el que conversé. “Esta es una feria que nos representa como comunidad de heladeros orgullosos de lo que somos. No podemos faltar a esta cita.” Para dar comienzo a la actividad ferial, las autoridades, los invitados especiales y los visitantes entonaron el Himno Nacional Italiano acompañados por la banda “Arrigo Boito”. Luego el Presidente de Longarone Fiere, Sr. Giorgio Balzan, el asesor de la región Veneto, Federico Caner y el Consejero Político de la Embajada de la República Popular China, Dr. Tang Youjing, hicieron el tradicional corte de cintas.
Hubo saludos y palabras protocolares que fueron seguidas por la entrega de premios y distinciones para homenajear a los “Maestros Heladeros”. Los premiados fueron Henri Philippe Tavolieri, Presidente de la Asociación Real de Artesanos Heladeros Francófonos y Andrea Fassi, perteneciente a la quinta generación de heladeros en la familia y con una trayectoria de prestigio profesional.