27/02/2015 Representantes de 70 países abogaron por una mayor cooperación internacional para lograr una bioeconomía sustentable en agricultura
Foro Global de Agricultura y Alimentación (GFFA 2015)
Del 15 al 17 de enero se llevó a cabo en Berlín la 7ª edición del Foro Global de Agricultura y Alimentación (GFFA 2015), una conferencia internacional que se focaliza sobre los problemas centrales relacionados con el futuro de la industria agroalimentaria mundial. El acontecimiento se de-sarrolló durante la “Semana Verde de Berlín”. El Foro ofrece a los representantes del mundo de la política, de los negocios, de la ciencia y de la sociedad civil una oportunidad para compartir ideas y mejorar la comprensión de temas de política agrícola dentro del contexto de la seguridad alimentaria. El lema del foro de este año ha sido “La creciente demanda de alimentos, materias primas y energía: oportunidades para la agricultura, desafíos para la seguridad alimentaria”. El Secretario Javier Rodríguez participó en representación de la Argentina.
La GFFA está organizada por el Ministerio Federal de Agricultura, Alimentos y Protección al Consumidor, en cooperación con GFFA Berlín, el Senado de Berlín y Messe Berlín GmbH. La Cumbre fue presidida por el Ministro de Agricultura alemán, Christian Schmidt. Una de las principales actividades del Foro fue la Cumbre Internacional de Ministros de Agricultura 2015, que contó con la participación de más de 70 ministros de Agricultura y Secretarios de Estado con sus respectivas delegaciones, además de la FAO y el Banco Mundial. En representación del MAGyP participó el Secretario de Coordinación Político-Institucional y Emergencia Agropecuaria, Javier Rodríguez, quien estuvo acompañado por Daniel Dziewez Polski, Embajador Argentino ante la República Federal de Alemania; Gastón Funes, Agregado Agrícola ante la Unión Europea, y Martín Kalos, a cargo de la Dirección de Cooperación y Negociaciones Bilaterales.
En su presentación, el anfitrión del encuentro resaltó que: “La bioeconomía representará una oportunidad para cada uno si todos empujamos en la misma dirección. La política agrícola tiene que ir acompañada con políticas económicas, comerciales y energéticas coherentes. Esto se aplica tanto a las políticas nacionales como a las globales”, concluyó el Ministro Schmidt.
Luego de tres días de debate, los representantes de los países intervinientes y de las organizaciones internacionales hicieron un llamado para generar un marco político coherente para el desarrollo de una bioeconomía sustentable. “La oportunidades que ofrece la bioeconomía tienen que ser utilizados para ayudar a las personas en las áreas rurales alrededor del mundo”, afirmaron. El comunicado final de la Cumbre sostiene que la lucha contra el hambre tiene que ir de la mano con la lucha contra la mala nutrición. “Sólo una producción agrícola resiliente, diversificada y sustentable puede proveer las bases para alcanzar y mantener el derecho humano a la comida y para abastecer a las personas con un adecuado aporte de alimentos nutritivos”, afirma. También dice que los estados tienen la tarea de establecer un marco político que haga posible satisfacer la creciente demanda de alimentos y materias primas sustentables sin poner en peligro la seguridad alimentaria. Para concretar esta tarea, hay tres desafíos por delante: “Utilizar las oportunidades que surgen de la bioeconomía, asegurar la sustantabilidad de la producción y uso, y asegurar la primacía del alimento”, lo que, según el documento, permitirá el desarrollo continuo de una bioeconomía sostenible con muchas y diversas cadenas de valor.
El comunicado final también describe al sector agrícola como el fundamento de la bioeconomía por lo que “la bioeconomía vincula a la agricultura con la política global de sustentabilidad y le asigna un rol central para enfrentar los grandes desafíos de nuestro tiempo”. Según esto, la agricultura debe asumir su responsabilidad en el diálogo internacional sobre la base de los Objetivos de Desarrollo Sustentable de las Naciones Unidas.
La opinión de la FAO
El mensaje clave en el discurso pronunciado por el Director General de la FAO, José Graziano da Silva, es que la agricultura global ya no puede funcionar según el modelo al que estamos habituados, debido al aumento de la competencia por los recursos naturales y a los cuellos de botella que se generan. “El desarrollo agrícola basado en un uso intensivo de insumos que ha existido en los últimos 40 años ya no es sostenible, y se impone un cambio de paradigma en la producción de alimentos”, dijo da Silva. "Que todo siga igual significaría un aumento enorme y simultáneo en las necesidades de alimentos, energía y agua en las próximas décadas: un 60% más de alimentos, un 50% más de energía y un 40% más de agua para 2050", detalló.
Las estimaciones de la FAO apuntan a la necesidad de aumentar la producción de alimentos en un 60% para 2050 con el fin de alimentar a una población que va a superar los 9 000 millones de personas. La conclusión es que para poder alimentar a más personas utilizando menos tierra, agua y energía son necesarios esfuerzos concertados e inversiones para apoyar una transición de gran envergadura y a nivel planetario hacia sistemas agrícolas y prácticas de gestión de la tierra sostenibles.
Con respecto a los biocombustibles, Graziano da Silva afirmó que el cambio climático y la competencia entre los productos agrícolas alimentarios y no alimentarios -como la bioenergía- han hecho más complejos los problemas de la alimentación del futuro. "Pero es importante no olvidar que los biocombustibles surgieron con fuerza como fuente de energía alternativa debido a la necesidad de mitigar los gases producidos por los combustibles fósiles y los de efecto invernadero, y esa necesidad no ha cambiado”. Y concluyó: "Tenemos que pasar del debate de alimentos contra combustible a un debate sobre alimentos y combustible. No hay duda: los alimentos son lo primero, pero los biocombustibles no deben ser vistos simplemente como una amenaza o como una solución mágica. Al igual que sucede con otras cosas, pueden ser buenos o malos".
Hablando de forma más general sobre las contribuciones del cambio hacia una agricultura sostenible, afirmó que los sistemas alimentarios del mundo deben lograr mucha mayor eficiencia en el uso de los recursos naturales, en particular agua, energía y tierras, incluyendo la reducción del desperdicio de alimentos. Y que tienen que hacer mucho más para proteger, conservar y restaurar los recursos naturales, la biodiversidad y las funciones del ecosistema.
La posición de nuestro país
En su exposición, el Secretario Rodríguez expresó: "Unas 805 millones de personas, el 11.3% de la población mundial, se ven afectadas por la inseguridad alimentaria. Más del 90% de estas personas viven en países en de-sarrollo. Si bien esto representa una mejora respecto del anterior relevamiento realizado por la FAO, las cifras siguen siendo inaceptables y nos conminan a continuar redoblando los esfuerzos para combatir con decisión a la pobreza, madre del hambre y la malnutrición". Y agregó: “Es imperioso aumentar la producción de forma sustentable, fortaleciendo las políticas que aseguren el acceso efectivo de todas las personas (sobre todo de las más vulnerables) al alimento". También resaltó Rodríguez el gran potencial que tiene el sector agrícola para contribuir al logro del desarrollo sustentable, fomentar el progreso, la inclusión social y el crecimiento económico de muchos países en desarrollo. Durante las deliberaciones, la delegación argentina remarcó la necesidad de incorporar en la Declaración Final de la Cumbre que cualquier estrategia de desarrollo sustentable debe incluir tres pilares fundamentales: el social, el económico y el ambiental, propuesta que fue aceptada por el resto de los países participantes.
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