Janet Collins

Hay un creciente recelo sobre la industria alimentaria, los consumidores no quieren colorantes o saborizantes sintéticos, ni nada que suene a ingredientes químicos. Por eso tenemos que comunicar mejor sobre la actividad de nuestra industria y sobre el rigor científico con el que nos abocamos a la elaboración de alimentos, en particular para el comercio global. Nuestro mensaje de inocuidad ya no alcanza para que la industria gane la confianza de los consumidores.

 

En la industria de alimentos de EE.UU. estamos tratando de entrenar a los científicos para que puedan comunicarse mejor con los medios masivos, de tal modo que los periodistas comprendan mejor lo que se está haciendo. Sabemos que los científicos en general no somos capaces de hacernos entender bien, hay pocos que puedan hacer ese trabajo de comunicar. Incluso en los centros de investigación y académicos tienen conciencia de que deben relacionarse mejor con los medios, ya sea a través de publicaciones o presentaciones. Hay que aprender a contar una buena historia. 

 

El procesamiento de alimentos y la conservación han existido desde el principio de los tiempos. La tecnología ha mejorado nuestra capacidad para garantizar la seguridad de los alimentos y ha permitido desarrollar alimentos saludables y sabrosos. Hay ingredientes que se utilizan para fines funcionales, como espesantes, emulsionantes y agentes de secado, enzimas y coadyuvantes de elaboración, pero no hemos hecho un buen trabajo de comunicación de los beneficios a los consumidores. Tenemos que resaltar que nosotros mejoramos la calidad, la inocuidad y la calidad nutricional de los alimentos.

 

Hasta hace un tiempo, los científicos trabajaban en temas que no les interesaban a la gente común. Pero eso está cambiando, la distancia se acorta y ahora los científicos tratan de descifrar cuáles son las preguntas que tienen los clientes para tratar de responderlas. Como las personas ahora quieren alimentos menos procesados, los investigadores están a la búsqueda de productos con menos aditivos, menos manipulación y elaborados en puntos más próximos a los centros de consumo. Hay nuevas técnicas de procesamiento y de envase que ayudan a prolongar la vida en estantería pero con el uso de menos aditivos. 

 

Obviamente, al inicio los productos elaborados con estas tecnologías sólo son accesibles para personas de altos ingresos, pero una vez que se imponen los costos bajan y se hacen accesibles para todo el mundo.

 

Las regulaciones alimentarias se han desarrollado para ayudar a la seguridad del consumidor y su salud. Desde inicios del siglo XX la inocuidad de los alimentos ha sido de suma importancia para nuestro país, ahora además de regular la adulteración tanto económica como no intencional, estamos regulando el etiquetado y los claims de salud. A través de la regulación se nos exige que informemos a los consumidores lo que hay en los productos que compran, y cada vez más comercializamos los alimentos en función de lo que nosotros vemos como beneficios, incluyendo las declaraciones de propiedades saludables o claims. La lista de ingredientes y el rotulado nutricional ofrecen una significativa cantidad de información. Cada vez más los consumidores leen cuidadosamente los rótulos y reaccionan a la información disponible en el mercado.