Se realiza en Buenos Aires el 21° Congreso Internacional de Nutrición (IUNS 21st ICN)

Slobodianik – Se trata de un congreso internacional que reúne representantes de todo el mundo. Esta es la edición 21° y es la primera vez que se realiza en nuestro país. El proceso de selección comenzó hace ocho años y fue muy exhaustivo, al final del cual se aprobó que la sede fuera la Argentina, organizado por la Sociedad Argentina de Nutrición. Tiene una temática amplia, que abarca desde los nutrientes en sí, la producción de alimentos, aspectos tecnológicos, nutrición clínica, etc. La selección de los temas, simposios, charlas, etc., no fue al azar, fue muy cuidadosa, analizando las publicaciones de los chairs, los panelistas y los conferencistas para asegurar la calidad de los contenidos. 

Stolarza – En el congreso hay figuras de renombre provenientes de todo el mundo. Hay mucha actividad, muchos temas, con aspecto de agroquímicos, inmunidad, nutrigenómica, envejecimientos saludable, etc. El temario es maravilloso.

 

 

Storlaza – Hoy en día son muy preocupantes los factores de riesgo cardiovascular, la obesidad y la diabetes. También el importante del tema de cómo llegan los alimentos, producción, transporte, conservación. Un aspecto clave es educar a la población, vemos que los padres no educan bien a sus hijos en temas nutricionales y vemos chicos con obesidad grave y diabetes tipo II, algo impensable cuando yo comencé a trabajar como especialista en nutrición. Hay alimentos que los argentinos consumimos muy poco, como las legumbres, lo cual es una pena porque en nuestro país las tenemos de muy buena calidad. Lo mismo pasa con las frutas y verduras, de las cuales producimos de todo tipo. Estamos consumiendo en promedio 200 g diarios de verduras por persona, cuando hay que consumir el doble. 

Slobodianik – Un aspecto importante es el de los biomarcadores para ver cómo podemos evaluar en un individuo o en una población si tienen una dieta adecuada. Hay diferentes marcadores bioquímicos que podrían dar una alarma antes de que una determinada deficiencia se manifieste y predecir si una población está en riesgo. Este es otro tema que se va a tratar en el congreso. 

Storlaza – Un ejemplo es la vitamina D, que falta en toda la población, desde los chicos hasta los adultos mayores. Hoy la gente toma poco sol, los chicos no salen a jugar afuera como antes, con lo cual se cierra unas de las vías de entrada de la vitamina D. Se está viendo que la falta de esta vitamina trae incluso mayores problemas cardiovasculares. La leche viene enriquecida con esta vitamina para prevenir su deficiencia, pero hay gente que desaconseja el consumo de lácteos, lo cual nos indigna. Tratamos de hablar con esas personas, pero no siempre es posible, queremos explicarles el contenido científico, porque son periodistas o personas famosas que hablan sin conocimientos sólidos, pero la gente los escucha. También hay un problema de acceso a alimentos. Vemos chicos con sobrepeso pero mal alimentados. Están alimentados con harinas pero les faltan nutrientes como proteínas de calidad, vitaminas, minerales, etc. 

Slobodianik – Hace algunos años hicimos en estudio en cien chiquitos de entre seis y doce años, obesos por mala alimentación, y vimos distorsión en el perfil de lípidos. Si a esa edad ya tienen esa alteración, ¡qué nos queda para más adelante!

Storlaza – En la SAN utilizamos mucho la Guía Alimentaria de la República Argentina, que está en la web con los diez consejos más importantes, para educar a la población. Las pirámides alimentarias son diferentes en cada país, tienen que adecuarse a cada realidad. No puede ser igual una guía en la Argentina que en India, donde no consumen carne y tienen que buscar nutrientes por otras vías. 

 

 

Storlaza – Es muy importante. Nosotros en la SAN nos reunimos mucho con la industria y siempre les preguntamos qué están haciendo en beneficio de nuestra población. La industria ha reducido la cantidad de sal, ha introducido grasas de buena calidad y ha sacado azúcares de los alimentos. Se avanza, quizás en forma lenta, pero ya vemos muchos productos con “Cero grasas trans”. Hay que tratar de que se siga ese camino y vayan cambiando las fórmulas de los alimentos. Por ejemplo, hay postres para chicos que ya bajaron la cantidad de azúcar y de grasas. 

 

Storlaza – Ese es un problema debido a las golosinas y los snacks. En otros países reglamentan la publicidad de este tipo de alimentos. En la SAN avalamos productos que son de buena calidad pero no podemos manejar el tema de la propaganda. Es un camino que hay que analizar. Pero más importante es educar a los chicos en la escuela primaria y secundaria sobre nutrición. No todas las escuelas toman esa responsabilidad. 

Slobodianik – Los chicos están ávidos de conocimientos, preguntan y se interesan. Pero no hay una política generalizada en ese sentido. 

García – Desde el Ministerio de Salud de la Nación, en la Dirección de Programas de Enfermedades Crónicas No Transmisibles, se ha estado trabajando en los últimos años con la industria alimentaria y se han alcanzado logros en reducción de sodio y de grasas trans. También estamos trabajando en etiquetado. Pero sería muy trascendente que hubiera una coordinación en lo que respecta a la difusión de contenidos nutricionales. Siempre a partir de la evidencia científica, porque lo contrario es lo que genera discordancia. La industria hace difusión, a veces con muy buen contenido nutricional pero con una orientación más dirigida al marketing. Por otro lado, hay personas que dan recomendaciones y cuentan con una gran llegada mediática pero que no tienen una base científica. Todo esto genera tantas distorsiones que luego la población no tiene una fuente creíble. Por eso desde el Ministerio de Salud, el Gobierno de la Ciudad e instituciones como la SAN se ofrece información nutricional válida en las páginas web.