08/09/2015
El Papa Francisco llama al “cuidado de nuestra casa común”

Encíclica Laudato sí´. Ecología integral, nuevo paradigma de justicia

El 18 de junio fue presentada ante los medios de comunicación la Encíclica del Papa Francisco sobre el cuidado de la creación Laudato si´ (Alabado seas). En este documento de la doctrina social de la Iglesia se llama a cultivar y custodiar con responsabilidad la creación, con especial atención a los más pobres, que son los que más sufren las consecuencias de los daños ambientales. El título del documento se inspira en la invocación de San Francisco de Asís en el “Cántico de las creaturas” y recuerda que la tierra, nuestra casa común, «es también como una hermana con la que compartimos la existencia, y como una madre bella que nos acoge entre sus brazos».

Encíclica Laudato sí´. Ecología integral, nuevo paradigma de justicia

 ¿Qué tipo de mundo queremos dejar a quienes nos sucedan, a los niños que están creciendo? Esta pregunta está en el centro de Laudato si’, la segunda Encíclica del Papa Francisco sobre el cuidado de la casa común, presentada el 18 de junio ante la expectativa mundial. El Santo Padre afirma que: «Esta pregunta no afecta sólo al ambiente de manera aislada, porque no se puede plantear la cuestión de modo fragmentario, sino que nos conduce a interrogarnos sobre el sentido de la existencia y el valor de la vida social: «¿Para qué pasamos por este mundo?, ¿para qué vinimos a esta vida?, ¿para qué trabajamos y luchamos?, ¿para qué nos necesita esta tierra?». «Si no nos planteamos estas preguntas de fondo –afirma el Pontífice – no creo que nuestras preocupaciones ecológicas puedan obtener resultados importantes». 

Francisco cita a San Juan Pablo II cuando describe: “La destrucción del ambiente humano es algo muy serio, porque Dios no sólo le encomendó el mundo al ser humano, sino que su propia vida es un don que debe ser protegido de diversas formas de degradación. Toda pretensión de cuidar y mejorar el mundo supone cambios profundos en los estilos de vida, los modelos de producción y de consumo, las estructuras consolidadas de poder que rigen hoy la sociedad”, y continúa, “Hoy, constatamos que esta tierra maltratada y saqueada clama, y sus gemidos se unen a los de todos los abandonados del mundo, a los descartados por la sociedad”. El Papa Francisco invita a escucharlos, llamando a todos y cada uno a una conversión ecológica, según expresión de San Juan Pablo II, es decir, a cambiar de ruta, asumiendo la urgencia y la hermosura del desafío que se nos presenta ante el cuidado de la casa común.  Al mismo tiempo, el Papa Francisco reconoce que «se advierte una creciente sensibilidad con respecto al ambiente y al cuidado de la naturaleza, y crece una sincera y dolorosa preocupación por lo que está ocurriendo con nuestro planeta». Esto permite una mirada de esperanza que atraviesa toda la Encíclica y envía a todos un mensaje claro y esperanzado: «La humanidad tiene aún la capacidad de colaborar para construir nuestra casa común», fomentando la cultura del encuentro y de la solidaridad.
Desde el principio, el Santo Padre recuerda que también otras Iglesias y comunidades cristianas –incluso otras religiones– han desarrollado una profunda preocupación y una valiosa reflexión sobre el tema de la ecología. En varios momentos, el Pontífice agradece a los protagonistas de este esfuerzo, reconociendo que «la reflexión de innumerables científicos, filósofos, teólogos y organizaciones sociales ha enriquecido el pensamiento de la Iglesia sobre estas cuestiones», e invita a todos a reconocer «la riqueza que las religiones pueden ofrecer para una ecología integral y para el desarrollo pleno del género humano» 
 
Estructura de la Encíclica
La estructura del documento se desarrolla en seis capítulos. A partir de la escucha de la situación según los mejores conocimientos científicos disponibles hoy (cap. 1), recurre a la luz de la Biblia y la tradición judeo-cristiana (cap. 2), detectando las raíces del problema (cap. 3) en la tecnocracia y el excesivo repliegue autorreferencial del ser humano. La propuesta de la Encíclica (cap. 4) es la de una ecología integral, que incorpore claramente las dimensiones humanas y sociales, inseparablemente vinculadas con la situación ambiental. En esta perspectiva, el Papa Francisco propone (cap. 5) emprender un diálogo honesto a todos los niveles de la vida social, que facilite procesos de decisión transparentes. Y recuerda (cap. 6) que ningún proyecto puede ser eficaz si no está animado por una conciencia formada y responsable, sugiriendo principios para crecer en esta dirección a nivel educativo, espiritual, eclesial, político y teológico. El texto termina con dos oraciones, una que se ofrece para ser compartida con todos los que creen en «un Dios creador omnipotente» y la otra propuesta a quienes profesan la fe en Jesucristo, rimada con el estribillo «Laudato si’», que abre y cierra la Encíclica.
 
Ejes temáticos
El texto está compuesto por algunos ejes temáticos, vistos desde variadas perspectivas, que le dan una fuerte coherencia interna: «la íntima relación entre los pobres y la fragilidad del planeta, la convicción de que en el mundo todo está conectado, la crítica al nuevo paradigma y a las formas de poder que derivan de la tecnología, la invitación a buscar otros modos de entender la economía y el progreso, el valor propio de cada criatura, el sentido humano de la ecología, la necesidad de debates sinceros y honestos, la grave responsabilidad de la política internacional y local, la cultura del descarte y la propuesta de un nuevo estilo de vida». Estos temas no se cierran, sino que son constantemente replanteados y enriquecidos.
 
Clave de lectura
La Encíclica ha generado diversas expectativas, sobre todo en relación a los aspectos relacionados con las políticas ambientales en discusión. Ciertamente, la Encíclica del Papa Francisco tendrá un impacto sobre las importantes y urgentes decisiones en este ámbito. Pero no se debe dejar en segundo lugar la naturaleza “magisterial, pastoral y espiritual” del documento, cuya amplitud, profundidad y mensaje no pueden reducirse al aspecto de las determinaciones de las políticas ambientales. Por todo ello, es importante situar la Encíclica en su propio contexto, es decir, en el de la realidad de la fe, y como nos recuerda el libro del Génesis: Dios creador pone al hombre como custodio de la creación, con la tarea de conservar y renovar la casa común.

Descargar Nota Completa
 
Laudato.pdf [274.51 KB]
 
Comentarios
No hay comentarios aún
Escriba un comentario
Para poder escribir un comentario, debe ser usuario registrado.
 
CopyRight Publitec | Todos los derechos reservados
Tejedor 557 -
CABA (1424) - Argentina
TEL.: (54 11) 4922-6881/5137/3849/4885 -