Impacto de diferentes estrategias productivas sobre indicadores ambientales en sistemas lecheros de la Argentina
Autor: Tieri, M.P.*; Charlon, V.; Comerón, E. INTA EEA Rafaela. Rafaela, Santa Fe, Argentina *tieri.maria@inta.gob.ar
A partir de principios de la década del ´90, la lechería bovina argentina incrementó su producción de una manera destacada, como consecuencia de una mayor eficiencia productiva acompañada por un sostenido proceso de intensificación. Dicho proceso fue llevado a cabo notoriamente a través de un mayor uso de insumos, siendo cuestionado el impacto ambiental del mismo.
La intensificación de los sistemas agropecuarios incrementa los flujos de energía y nutrientes y los expone a procesos de contaminación (Viglizzo y Roberto, 1997). A medida que la actividad pecuaria se intensifica, hasta llegar a sistemas donde los animales permanecen mayor cantidad de horas encerrados, los residuos animales pueden producir grandes impactos en el ambiente (Herrero y otros, 2006b; Tieri y otros, 2014). En países desarrollados, se ha demostrado que existe una fuerte relación causa-efecto entre la actividad ganadera y la contaminación difusa de los cursos de agua superficiales, en especial de su eutrofización por altas concentraciones de nitrógeno (N) y fósforo (P) (Alfaro y Salazar, 2005). Esta intensificación está acompañada generalmente por un mayor uso de alimentos, por competencia con la agricultura por el recurso tierra y de alternativas de manejo de los sistemas de alimentación (Charlon, 2009).
El manejo de nutrientes a nivel de sistema productivo es un área de reciente interés para la investigación y de creciente preocupación por parte de la sociedad y de los organismos reguladores de cuestiones ambientales, como una forma de disminuir la contaminación por N y P en los sistemas ganaderos de carne y leche. Una herramienta que se utiliza como indicador de manejo de nutrientes (indicadores de sostenibilidad) es el balance de nutrientes, que sirve para cuantificar (presupuestar) la entrada y salida de nutrientes de los sistemas productivos, favoreciendo su manejo apropiado en aspectos asociados a su eficiencia de utilización y el impacto potencial sobre el medio ambiente. Además, son buenos indicadores del impacto de la producción ganadera en el flujo de nutrientes, tanto a nivel predial como de cuenca hidrográfica, pudiendo relacionarse con el potencial de contaminación para un área determinada (Jarvis, 1993; Gerber y otros, 2002, citados por Salazar y otros, 2008).
Por otro lado, el consumo de energía fósil por parte de los sistemas agropecuarios contribuye a las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) (Lewandowski, 2005; Denoia y otros, 2008). Por lo tanto, su uso ineficiente puede resultar en graves impactos ambientales. Es por ello que recientemente la Organización de la Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) propuso a la energía como uno de los dos temas centrales para la humanidad en el próximo milenio, enfatizando que no es posible pensar en términos de desarrollo sustentable sin incluir el uso racional de la misma (Montico y otros, 2007). Para lograr un mejor uso de la energía, es necesario conocer su uso en las diferentes etapas de los sistemas de producción. El consumo y la eficiencia de uso de energía fósil expresan procesos de intensificación de los sistemas productivos y muestran su riesgo ecológico potencial.
Los indicadores mencionados constituyen una herramienta importante para determinar la eficiencia de los distintos sistemas productivos y su efecto en el ambiente. El objetivo de este trabajo fue analizar cómo ciertas estrategias productivas impactan sobre los indicadores ambientales seleccionados en los sistemas de producción de leche de la Argentina.