Cultivos de bioprotección: más allá de la protección de su negocio
Autor: Peter Thøysen, Marketing Director, Dairy Bioprotection, Food Cultures & Enzymes, Chr. Hansen A/S; Graciela Taboada - MKT Analyst, Food Cultures & Enzymes Cono Sur - Chr. Hansen Argentina, con la colaboración del Regional Application Center - LATAM
Hoy en día uno de los principales desafíos en relación a los productos lácteos es prevenir la experiencia negativa de los consumidores causada por la contaminación con hongos y levaduras. Los contaminantes están presentes en todos lados y pueden dañar los alimentos durante su vida útil, especialmente si los productos son expuestos a una interrupción de la cadena de frío que debe existir entre el productor y la mesa del consumidor. Pero también la contaminación provocada por exposición al entorno cuando se consumen alimentos puede llevar a serios reclamos.
También existe una creciente atención sobre la calidad y seguridad de los alimentos por parte de los organismos reguladores y consumidores en todo el planeta. El número y magnitud de los retiros de productos o “recalls” se incrementa año a año. Incluso si se considerasen únicamente los costos directos relacionados con este tipo de incidentes, los recalls son muy costosos y complejos de manejar. Pero el daño potencial a una marca a largo plazo puede ser devastador. En una encuesta realizada en Estados Unidos, el 55% de los consumidores han reportado que dejaron temporalmente de usar una marca y cambiaron a la competencia por un incidente de recall. Por otra parte, 21% dijo que evitaría comprar cualquier producto de dicha marca(1).
La respuesta habitual de los productores a este desafío es la aplicación de preservantes artificiales. Si bien en muchos países las autoridades regulatorias están limitando el uso de dichos conservantes, incluso en la UE algunos elaboradores aún usan preservantes químicos en yogures, tales como el sorbato de potasio, y lo hacen en forma legal a través de los preparados de fruta. El mayor conocimiento y acceso a información hacen que los consumidores demanden cada vez más alimentos sin conservantes artificiales y estén dispuestos a dejar de lado productos que no se adapten a sus demandas.
Parte de la solución, junto con mejoras en las prácticas de manufactura, higiene y mantenimiento de la cadena de frío, es el uso de cultivos de bioprotección. Los cultivos de bioprotección FreshQ® de Chr. Hansen permiten reducir en forma natural el riesgo de deterioro de los alimentos causado por contaminación con hongos y levaduras, protegiendo el valor de la marca, mejorando la calidad del producto y aumentando el atractivo del producto final percibido por el consumidor.