12/01/2017 El plan expresa la necesidad de “no ser el granero sino el supermercado del mundo”
INTI Cereales y Oleaginosas fue premiado por su plan para agregar valor a los granos argentinos
A fines de noviembre y en el marco de su 50º aniversario, la Asociación de Importadores y Exportadores de la República Argentina (AIERA) otorgó el primer premio del “Segundo Concurso de Propuestas para Modificar el Perfil de las Exportaciones Argentinas” a una propuesta del INTI Cereales y Oleaginosas sobre política tecnológica para exportar granos con valor agregado. El galardón fue para el trabajo “Propuesta de políticas para promover las exportaciones con mayor valor agregado en granos argentinos” del INTI - Centro de Investigación y Desarrollo en Tecnología de Industrialización de Cereales y Oleaginosas, con sede en 9 de Julio, provincia de Buenos Aires.
Mayor industrialización, agregado de valor, incorporación de tecnología, federalizar la producción, diversificar la oferta de alimentos e impulso a la elaboración de productos más saludables son algunos de las políticas para el sector. Con ese fin, el Centro Cereales y Oleaginosas del INTI se plantea trabajar con 60 empresas a lo largo de la próxima década.
El plan titulado “Propuesta de políticas para promover las exportaciones con mayor valor agregado en granos argentinos”, plantea alcanzar mayores niveles de industrialización de las materias primas del país; diversificar la producción nacional de alimentos; ampliar la oferta de productos saludables y nutritivos, tendientes a mejorar la calidad de vida de la población y a prevenir enfermedades crónicas no transmisibles; transferir tecnología; generar empleo; federalizar la agroindustria; y, a su vez, industrializar la ruralidad.
Actualmente, el Centro INTI-Cereales y Oleaginosas (CyO) trabaja junto a nueve empresas en la línea definida, buscando el agregado de valor de granos, la incorporación de tecnología para tal fin, la asistencia técnica para el desarrollo productivo y para la exploración de oferta novedosa y mercados diversos. A partir del proyecto generado, se busca alcanzar una vinculación de este tipo con 60 firmas a lo largo de diez años de trabajo sostenido y así agregar valor a un millón de toneladas de granos. Además, se propone conformar, en un principio, un grupo exportador con seis empresas iniciadoras, que asistirán a exposiciones internacionales y rondas de negocios.
Todo el plan contempla metas escalonadas e instancias de trabajo que se desarrollarán a partir de distintos momentos dentro del plazo estipulado de diez años. También se precisa a cuántas plantas productivas se espera llegar, diferenciadas según alimentos y volumen de producción en toneladas.
No solo commodities
“Un objetivo claro de nuestro país debería ser potenciar la industrialización de nuestra producción granaria, con un enfoque integrado de cada una de las cadenas, con el objeto de exportar insumos y alimentos en lugar de materias primas, y destinarlos a mejorar el estado nutricional de las poblaciones destinatarias”, señala el trabajo elaborado por el equipo del INTI. Además, se detalla que la producción de granos de la Argentina superó las 100 millones de toneladas en el año 2015 y que, en promedio, a lo largo de los últimos años el 38% se exporta como materia prima, mientras que un 39% se exporta con distintos niveles de valor agregado, en su gran mayoría subproductos del procesamiento de la soja. “Podemos inferir que la cadena de granos actual exporta fertilidad, se comoditiza cada vez más y la gran mayoría de las exportaciones están destinadas a forrajes”, afirma el documento.
Más de 30 granos
En relación a la ampliación de la oferta productiva, la propuesta destaca que “la Argentina posee una amplia diversidad agroecológica, una de las más importantes del mundo”, y que cuenta “con el potencial productivo de granos más alto y donde además se podrían aumentar los saldos exportables relativos”. En esa línea, el director de INTI-CyO, Nicolás Apro, expresa que “el país no es apto únicamente para trigo, maíz y soja, sino que permite la posibilidad de producir, industrializar y exportar derivados de más de 30 granos distintos”. Entre ellos, desde el Centro radicado en 9 de Julio señalan una larga lista que incluye maíz blanco, colorado, waxy y dentado; sorgo blanco; trigo (pan, duro y waxy), avena, cebada, centeno, trigo sarraceno, teff, spelta y arroz; canola, girasol común y alto oleico, soja (común y libre de modificación genética); amaranto, quínoa, chía, lino y sésamo; garbanzo, lenteja, porotos, arvejas proteicas y otras legumbres.
Alimentación para la salud
A su vez, el organismo tecnológico también se plantea el desafío de apuntalar al sector granario para impulsar el desarrollo de una oferta alimentaria más saludable y asociada a nuevos hábitos nutricionales. Al respecto, el trabajo señala: “Se busca no solo que los alimentos no engorden y no sean nocivos -cualidades pasivas- sino que aporten beneficios para la salud -cualidades activas-, los derivados de los cereales y las oleaginosas tienen un lugar de preponderancia”.
Asimismo, indica que “los hábitos alimentarios que incluyen alto volumen de grasas y mucha densidad energética pero baja fibra dietética son perjudiciales”. En ese sentido, la elaboración de determinados productos para los que el país tiene potencial puede ayudar a prevenir cáncer, enfermedades cardiovasculares, diabetes, sobrepeso y obesidad.
El documento enumera alternativas en el marco del proyecto: formulación de barras de granos, cereales de desayuno y granolas para distintos grupos etarios, con funcionalidades específicas (para niños, deportistas, para la mujer en período de menopausia, con inclusión de fibra para cuadros de constipación, entre otras) y para personas celíacas; desarrollo de harinas multigrano, formulación de premezclas para productos panificados, galletitas y pastas; elaboración de pastas secas de maíz, arroz, sorgo y legumbres; productos y aditivos funcionales derivados de arveja proteica y otras legumbres; diversos aceites, más saludables que los tradicionales; desarrollo de hez de malta deshidratada; industrialización de cubos y pellets de alfalfa; y también platos preparados, fortificados y enriquecidos para planes escolares, ayuda alimentaria, ancianos y raciones de emergencia, sopas, postres, arroces, pastas, polentas, por mencionar solo algunas opciones. Sobre este punto, hay que recordar que en abril el Ministerio de Salud de la Nación presentó las Guías Alimentarias de la Población Argentina. Allí, se recomienda el consumo de derivados de grano entero y legumbres.
Asistencia técnica
El acompañamiento del INTI al sector productivo contempla distintas instancias y posibilidades: asesoramiento al sector empresario en el diseño del esquema tecnológico; la gestión de compra de equipos, el montaje y puesta en marcha de las plantas bajo el concepto de instalación llave en mano; capacitación del personal involucrado; programas de asistencia técnica para la implementación de sistema de gestión de la calidad en pymes del sector alimentario en general y de la cadena de valor de granos en particular (molinos, acopiadores de granos, empresas elaboradoras de productos, entre otras); presentación de proyectos a entidades de financiamiento; y apoyo para la mejora de la competitividad de diversos sectores como el acopiador de granos, el molinero, galletitero, panadero, el cervecero artesanal, entre otros, mediante la integración de las cadenas de valor pertinentes.
Fuente:
INTI-Comunicación
avazquez@inti.gob.ar
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